Wednesday, September 10, 2008

Plaza Expiatorio, Plaza Catedral, Expo Bicentenario, la Ciudad de Dios

Su autócrata está muy contenta por estos días que han pasado entre bellos paisajes donde las gotas de lluvia perlan nacimientos del día y ocasos.

Paisajes de cielos nubosos que se abandonan al viento como lo hace un autista. Paisajes bajo los que mi reino muestra una faceta oculta que, gracias a los días pasados, hasta hoy Yo, su monarca, pude advertir.

Aunque lo más importante de todo es que este real descubrimiento me hace una reina con mayor felicidad y autoestima, acepto que saber como estorban las casas de los siervos a hermosos lagos llenos de cisnes, conejos y venados corriendo en sus orillas, veleros alegres donde la gente bonita siente gozo al navegarlos, ahhh, acepto, contaba, que saberlo marca un antes y un después en la historia de este noble y grandioso Reino del Bajío.

Y es que ayer me encontré a Fiona en un concurso de pasteles que hubo en el country club. Entre que ella me contaba su sufrir por los constantes y violentos celos de Manolín Oliva su esposo y Virrey de la comarca de Guanajuato, conocido por nosotros sus amos como Ñoño, entre que mi pastel recibía el primer premio, entre que empezaba el show de los strippers, yo le conté sobre mi divino descubrimiento después que elladijo unas vanidades.

-¡Ay su majestad! Si usted supiera cómo es esta angustia. La otra noche, después de hacer el amor para consumar la vida, dijimos como siempre nuestro rezo hincados ante el altarcito que tenemos en nuestra alcoba y que dice así: "No es por vicio ni por fornicio, sino por dar un hijo a tu beneficio", tal y como nos enseñó el santo apostol Elías Vilezas.

Inmediatamente después, su majestad, sentí, como siempre me ocurre después del acto, un vehemente deseo por, como siempre dicen los de la Salle, guacarear.

Estaba en eso, su alteza, cuando de repente escuché un grito que venía desde la alcoba: ¡Hija de tu puta madre! ¡Ven acá pinche puta! ¡'Ora sí te cargó la chingada, güila!

Sonaron cuatro patadas.

Luego, la puerta del baño se estrelló con violencia en mi rostro y quedé privada. ¡Ay dios mío! Su majestad, lo que provocó la ira de Manolín fue mi celular. Torpe, olvidé borrar un mensaje de Shrek y Manolín al descubrirlo pues...

-Ay, ya. Súbdita mía, tú siempre con tragedias que no lo son ni tampoco importan. Ya se le va a pasar a Ñoño. Acuérdate que así fue cuando tuviste esa aventura con el Mono de Jengibre, o esa otra con la legión de burros reales. Es más, déjame contarte algo que descubrí y que, primero dios, hasta te podría ayudar con ese problemilla.

Fiona quedó encantada cuando lo supo. ¿Su problema? Solucionado. Ahora ella y Ñoño consuman a cada rato la vida en el palacio de Guanajuato donde viven y rigen en santo matrimonio. Gracias a ello, mi querida Fiona ahora luce menos obesa.

Y es que mi descubrimiento no es para menos.

Aunque el costo en vidas de siervos pueda ser alto, nosotros los nobles abajeños emprenderemos una guerra contra la fealdad en todo el Reino del Bajío.

Nuestro primer paso será permitir que se inhunden las zonas bajas pobladas por los siervos. Cuando estos se ahoguen, diremos, tras colocar la bandera del reino a media asta, y tras regalar un kitt de misas, diremos, contaba yo, que en honor de las víctimas se construirán lagos conmemorativos.

Con los escombros de las casas, levantaremos un cerro al que todos llamarán Nou Gólgota.

Sembraremos bosques de olivares alrededor de los lagos y el que este junto al cerro llevará el nombre de Getsemaní. Ahí, para pedir por los miles de almas que se llevó el diluvio divino, eternamente se representará la pasión de nuestro señor Jesucristo amén, con actores digidos por el talentoso Armando Holzer, dramaturgo miembro de la Legión de Garañones Indomables del reino del Bajío.

Ordenaremos que un tren bala conecte nuestros bellos lagos con la Expo Centenario, misma que Ñoño Oliva realiza para darse a conocer ante el mundo.

Luego construiremos una seríe de canales como en Venecia, que nos permitan llegar en góndolas romanticas hasta el atrio que el arzobispo Pepelupe mandó hacer junto al Templo Expiatorio con impuestos y mano de obra de los siervos.

¡Que como ayudó esto a la reconciliación de Fiona y Ñoño? La respuesta, queridos subditos, la sabrán en otro posteo real.

Por ahora quedémonos con la alegría de contar con una ciudad que cada vez más se parece a New York. Con su plaza expiatorio, su plaza catedral y muy pronto sus lagos y canales de aguas milagrosas en las que podrán disfrutar de deportes acuáticos y curar sus enefrmedades con ayuda de todos los santos, la siempre encendida virgen de la luz, los apostoles del yunque amén.

Con este golpe de cetro, su Monarca di Lion se despide.

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